Tras la llegada de los dos flamantes coches de Correos a finales de febrero de 2008 llegaba el momento de sacarles todo el partido, y qué mejor forma de hacerlo que montando en su interior una pequeña exposición relativa a su actividad de transporte postal por ferrocarril.

Pequeña tienda de recuerdos. Foto: Carlos Abadias

En uno de los extremos del furgón PD-198 se ha instalado una zona de proyección de vídeos con asientos originales de Ferrobús. Junto a ella una zona de maquetas con un Iberama 570 de Ibertren en escala N y un sencillo diorama de Noch en escala H0. Además, para la comodidad de los viajeros se ha instalado una modesta barra de bar donde poder servir bebidas y snacks durante los trayectos. Y para terminar, en el otro extremo del furgón se ha dispuesto una pequeña tienda de recuerdos de la asociación, que junto con la recaudación del bar colaboran económicamente en la conservación del tren.

Zona de vídeo. Foto: Carlos Abadias

Por su parte, en las dos zonas de almacenamiento de sacas situadas en los extremos del coche estafeta P3-3067 se ha montado una pequeña exposición de objetos ferroviarios tales como faroles de locomotoras y estaciones, señales, un teloc, aceiteras, una bocina portátil para los trabajos en la vía, placas ferroviarias, etc.; así como una colección de fotos ferroviarias.

Zona de almacenamiento de sacas. Foto: Carlos Abadias

Es de destacar la exposición filatélica instalada en el interior de la oficina ambulante postal, que no podía ser emplazada en otro lugar más idóneo y que está constituida por un pequeño museo postal con matasellos y máquina mataselladora, básculas, telégrafos, sacas, documentación, placas de Correos, un buzón, uniformes, etc.

Zona de exposición ferroviaria. Foto: Carlos Abadias

La exposición ha respetado totalmente los interiores originales de los vehículos, no haciendo ninguna modificación sobre ellos, preservando su interior para posibles rodajes de películas o simplemente para que se conozca como eran en origen.

Zona de maquetas. Foto: Carlos Abadias

Pequeña tienda de recuerdos. Foto: Carlos Abadias