Después del primer encendido que se realizo el año pasado junto con la inauguración de la Lirio, se observo un grave problema que afectaba a la caldera de la Hulla. Años de duros trabajos en las minas de Utrillas, deficientes reparaciones de caldera y sobre todo la dureza calcárea del agua de la zona, provoco que por acumulación de cal los paños del cajón de fuegos estuvieran muy dañados.
Una vez descubierto el problema se procedió al desmontaje completo de la máquina para poder sacar la caldera y comenzar los trabajos. Con la dirección del Ingeniero Industrial especialista en caderas a presión D. Jesús Alegría de Apellaniz se cortaron con soplete los paños afectados por las incrustaciones calcáreas. Las chapas que se cortaron, fueron enviadas a un laboratorio especializado, que realizó análisis tanto químicos como físicos, para determinar las características del material. Con estos resultados se prepararon las chapas adecuadas con la misma composición que las originales. Se contrataron los servicios de un soldador calderero homologado que coloco en su sitio las nuevas chapas del cajón de fuegos, así como soldó los nuevos virotillos preparados en el taller de AZAFT.
Tras el trabajo del soldador y siempre siguiendo las directrices de la normativa de equipos a presión, se realizaron radiografías de las soldaduras para comprobar que estas estaban correctamente realizadas. Posteriormente se hizo una comprobación de espesores por ultrasonidos por una empresa homologada Boreau Veritas, que certifico que los espesores de la caldera estaban muy por encima de los espesores que según la normativa de la época y la de la actual, la caldera debería tener. Esta empresa realizó también la prueba hidrostática necesaria para poder autorizar la caldera para una presión de trabajo de 8 kg/cm2, inferior a la original de la máquina, pero suficiente para los trabajos que ahora realizará.
Se ha redactado un completo proyecto que incluye todos los datos obtenidos en las distintas pruebas realizadas a la caldera, así como un completo calculo de su estructura para determinar si los espesores son o no los correctos. Estos cálculos se han realizado por tres métodos resultando que, aun en el caso más desfavorable, la caldera se encuentra muy por encima de los valores de espesor de paños resultantes en los calculos.
Tras el tarado de válvulas, se a procedido a solicitar el Registro de Tipo y un certificado expedido por Boreau Veritas de la correcta instalación de la caldera en la máquina y su correcto funcionamiento. Con todos estas labores administrativas y técnicas se ha completado la legalización de la caldera, que a partir de ahora deberá realizar las preceptivas revisiones como cualquier otro aparato a presión, a pesar de estar construida en 1903.
Cuando la caldera se terminó se procedió al montaje de la máquina. Una vez terminado el montaje se procedió a pintarla de nuevo para que luzca el magnifico aspecto que podéis observar en las fotos.