MUSEO DEL TRANSPORTE Y LA COMUNICACIÓN

EL TRANSPORTE Y LA COMUNICACIÓN
Aragón nudo de comunicaciones

En Aragón son numerosas las Instituciones Públicas, agrupaciones, entidades privadas y particulares que desde hace varios años contribuyen con sus estudios y actividades diversas al mantenimiento y salvaguarda de un importante acervo de material histórico y documental referido al pasado, evolución y desarrollo del transporte y la comunicación en nuestro país. La propuesta que la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías lleva defendiendo desde hace muchos años pretende agrupar y coordinar los numerosos esfuerzos realizados en este campo. Se tiene como objetivo plantear un proyecto que, de forma adecuada y en un tiempo prudencial, se materialice en un Museo moderno, tal y como existen ya desde hace tiempo en otros países de la Unión Europea.

El Museo, entendido como «lugar» activo y dinámico por la propia naturaleza de su temática y contenido, reunirá los conceptos de «tradición y modernidad», siendo punto de encuentro de conferencias, congresos, exposiciones y actividades especializadas, tanto en torno a las nuevas tecnologías del transporte, como a la historia y evolución del mismo, incentivando, en colaboración con otras instituciones, todo tipo de actividades culturales y de difusión de nuevas técnicas y conocimientos en la materia.

Tren de la AZAFT saliendo de Delicias. Foto: Stela Ibañez

El Museo que se proyecta no será un museo convencional, sino innovador, donde se explique la historia y evolución de los diferentes medios de transporte, guiados por la idea de «Aragón cruce de caminos», permitiéndonos conocer más sobre trenes, tranvías, trolebuses, autobuses, camiones, coches, incluso bicicletas; completándose con la historia de las telecomunicaciones y los medios de comunicación, constituyendo con todo ello el museo de la «Revolución Industrial».

Una parte importante de ese museo estará constituida por el ferrocarril como medio de transporte público y, por lo tanto, un museo que recoja su historia no se entendería sin el dinamismo que le permite el organizar viajes y exhibiciones con el material ferroviario que se expone. La interactividad está asegurada, puesto que el ferrocarril es un entorno amable y cotidiano para el visitante que está acostumbrado a usarlo.

El trabajo de más de 30 años de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías se vería recompensado, al encontrar un lugar digno donde poder exponer la colección que se ha ido reuniendo y que ha recibido la catalogación de «Bien Inventariado del Patrimonio Cultural Aragonés»

En estos años, desde la Asociación se han estudiado diversos emplazamientos para situar el Museo. En varias ocasiones se ha podido leer en prensa el compromiso en firme de las instituciones para desarrollar el proyecto. Incluso en una ocasión, en Delicias junto a la Estación del AVE, se llegaron a realizar costosas obras para instalar el Museo, que luego finalmente fueron desaprovechadas.

Por lo tanto y después de más de 30 años de trabajo con tesón y paciencia, el emplazamiento ha dejado de ser lo importante en estos momentos. La Asociación, y sobretodo la colección, lo que necesita es que se defina políticamente el emplazamiento donde se quiera hacer el Museo o los Museos en Aragón y que por tanto las instituciones públicas tomen conciencia de la necesidad de poner en valor la colección. Cada minuto que pasa se pierde un poco de la historia industrial de Aragón.

Doble tracción maniobrando en Muel. Foto: Stela Ibañez

Después de tanto tiempo son muchas las entidades de fuera de Aragón, incluso de fuera del Estado, interesadas en la colección de vehículos que la Asociación ha recopilado a lo largo de su historia. Si Aragón no hace algo para evitarlo, la Asociación podría verse obligada a ceder parte de la colección a otras entidades que estén dispuestas y tengan los medios necesarios para custodiarla y repararla. Después de tantos años de espera, para nosotros es más importante la recuperación de los vehículos, evitando que se pierdan definitivamente, que seguir esperando una decisión política que no llega.

Esperemos que la cordura triunfe y a pesar de las dificultades económicas y los problemas burocráticos, finalmente se apoye esta iniciativa que reportaría muchos beneficios para Aragón, tanto de empleos creados, como de turismo, con la puesta en valor de espacios y rutas ahora desaprovechados. Sólo es necesario que impere la cordura y la ilusión por un proyecto que tiene detrás el alma de muchos aficionados al ferrocarril y al patrimonio industrial, que están dispuestos a ofrecer su tiempo y sus conocimientos para la recuperación de la historia reciente de Aragón.