CARDE Y ESCORIAZA

UN SIGLO DE PRODUCCIÓN DE CARDE Y ESCORIAZA EN ZARAGOZA

Aragón, privilegiado enclave de comunicaciones, no sólo es conocido en el mundo entero por su arte o sus monumentos, sino también por su importante y centenaria industria ferroviaria. La presencia de esta industria se debe principalmente a Don Nicolás de Escoriaza, creador en 1895 de los talleres de construcción de material ferroviario Carde y Escoriaza S.A., que fabricaron los primeros tranvías eléctricos para Zaragoza y automotores, coches y vagones para el ferrocarril. En 1920 compró, en unión de su hermano Manuel, la mayoría de acciones de esta entidad, cambió el nombre por el de Material Móvil y Construcciones, S.A., españolizó la empresa y la situó a la mayor altura de las de su género en España. A mediados de 1970 se fusionó con Construcción y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF).

Tranvía de Bilbao en la fábrica de Carde y Escoriaza. Archivo: José María Valero

La historia nos cuenta cómo, a pesar de los cambios, esta empresa construyó material para todo el mundo, tanto tranvías como ferrocarriles de vía estrecha, peninsulares como insulares, en ancho normal español y en otros anchos. Entre ellos figuran el ferrocarril de Palma de Mallorca a Sóller, metropolitanos como el de Buenos Aires, Madrid, etc., automotores diésel como el «Wismar», popularmente conocido como «Zaragoza» y construido con licencia alemana, etc. En la actualidad construye material moderno tanto para Renfe como para FEVE y otras administraciones ferroviarias extranjeras, incluyendo los trenes de alta velocidad.

Esta importante actividad fabril tiene la suficiente entidad como para necesitar un museo en si misma. La mayoría de los vehículos ferroviarios que forman parte de la colección conservada por la AZAFT están fabricados en la Carde y Escoriaza de Zaragoza, por lo que ésta se convierte en hilo conductor del discurso expositivo, puesto que las distintas épocas de la fábrica son las distintas épocas de los viajes en ferrocarril y de su evolución tecnológica.