Desde un tiempo atrás se venía detectando el mal funcionamiento del inyector del cilindro número cuatro del tractor de maniobras 10424, lo que hacía que el tractor funcionara con cinco cilindros en lugar de con seis, provocando el calentamiento del escape del cilindro que no estaba trabajando correctamente y el repiqueteo del motor.

Inyector problemático a falta de ser desmontado. Foto: Carlos Abadias

Tras pedir consejo al Sr. Navarro, antiguo mecánico del taller de Zaragoza Delicias, conocedor de estos motores, y tras confirmar el diagnóstico, nos recomendó desmontar el inyector y buscar una casa especializada para su reparación. También nos indicó la conveniencia de llevar todos los inyectores a la misma casa especializada para su limpieza y retarado.

Vista cenital del inyector y de los balancines aún sin desmontar. Foto: Carlos Abadias

A mediados de agosto, y tras buscar el periodo más adecuado para hacer la reparación, por disponibilidad de tiempo y del personal necesario, se comenzaron a desmontar los elementos necesarios para sacar el inyector estropeado.

Inyector antes de comenzar a desmontar, tras la primera limpieza. Foto: Carlos Abadias

Despiece del inyector. Foto: Carlos Abadias

Se comenzó por desmontar las chapas del techo del capó del motor y posteriormente se desmontó la tapa de balancines para poder acceder al inyector. Tras desconectar la toma de entrada de gasoil y el racord del sobradero, se procedió a quitar las tuercas que sujetan el inyector propiamente dicho.

Los seis inyectores reparados y tarados a la espera de montaje. Foto: Carlos Abadias

Al sacar el inyector, se descubrió que la punta del mismo estaba completamente obstruida por la carbonilla de la combustión. En el banco de trabajo y tras una escrupulosa limpieza del mismo, se procedió a desmontarlo y a estudiar todas sus partes.

Los balancines al aire. Foto: Carlos Abadias

Ante el estado que presentaba se decidió consultar a una empresa especializada sobre la posibilidad de reparación de ese tipo de inyectores. Tras confirmarnos que podían repararlos sin ningún problema y recomendarnos que les lleváramos otro para ver el estado, nos pidieron las presiones de tarado de los inyectores para poder graduarlos una vez reparados.

Segundo inyector desmontado ya sin tobera. Foto: Carlos Abadias

La información de la presión de tarado la encontramos en los manuales del vehículo que se han ido recopilando de diferentes procedencias durante años. 250 kg/cm². Dato que asombró a la empresa especializada, pero que les fue corroborado por el suministrador de las toberas nuevas.

Trabajos de montaje. Foto: Carlos Abadias

Al sacar el segundo inyector y ver el estado que presentaba, funcional pero lleno de carbonilla, se tomó la decisión de desmontar los seis inyectores y llevarlos a reparar todos. Por desgracia sólo se han encontrado tres toberas de repuesto debido a la antigüedad del motor, por lo que han tenido que reemplearse otras tres viejas (las que presentaba mejor estado), tras limpiarse y ponerse a punto. El suministrador de los repuestos estaba muy contento porque jamás pensó que conseguiría vender esos repuestos obsoletos procedentes de motores de barco.

La falta de sitio complicó los trabajos. Foto: Carlos Abadias

El tarado, limpieza, sustitución de tres toberas, y sustitución de juntas de los seis inyectores ha costado en total 312 euros.

Tras recibir los inyectores reparados se procedió a su montaje, complejo y duro por no tener sitio donde poner las manos ni las herramientas. Posteriormente se han recolocado las tapas de balancines, aplicando una silicona selladora especial para evitar fugas de aceite. También se procedió a su limpieza exterior. Falta todavía por completar la colocación de las chapas del capó del motor, ya que es necesario sustituir las juntas de goma para evitar filtraciones de agua de lluvia, y de paso también se saneará y pintará el techo del capó del motor.

Limpieza de las tapas de balancines. Foto: Carlos Abadias

El 28 de agosto de 2011 se volvió a poner en marcha el tractor, comprobando su magnífico funcionamiento y el buen resultado que ha dado la reparación, recuperando el funcionamiento de todos los cilindros, mejorando la sonoridad del motor y alargando la vida del tractor.

Como trabajos paralelos a la reparación de los inyectores, se procedió a rellenar de aceite y de anticongelante y a reparar una fuga que se había detectado en uno de los colectores de escape.

Primera arrancada tras la reparación. Foto: Carlos Abadias