Grande ha sido la lucha para recuperar este medio de transporte para Zaragoza. Múltiples han sido los estudios encargados por distintas instituciones. En todos los casos, con mayor o menor acierto, siempre llegaban a la conclusión de que Zaragoza es una ciudad adecuada para que el tranvía sea su principal medio de transporte colectivo.
La progresiva reimplantación de los tranvías en España, siendo Valencia la precursora, unida a la experiencia adquirida por la compañía explotadora de autobuses TUSZA en la experiencia piloto del tranvía de la Diagonal de Barcelona, junto con la progresiva saturación del sistema de líneas de autobuses, han favorecido el que, finalmente, se tomase la decisión política de construir la línea Norte – Sur de tranvía para Zaragoza.
Fue en 2005, tras la llegada al poder del PSOE, cuando se tomó la decisión política de dar el impulso final a la construcción del nuevo sistema de transportes para la ciudad, convocando un concurso para la redacción de un estudio de viabilidad y para la redacción de un anteproyecto que serviría de base para adjudicar la concesión del nuevo sistema de transporte. El anteproyecto fue redactado por la UTE formada por Iberinsa y Urbantran, ambas con amplia experiencia en este tipo de estudios, definió los parámetros que debía tener el sistema, así como el trazado de la primera línea, extraído de un concienzudo estudio de alternativas y tras escuchar las alegaciones presentadas durante el periodo de información pública. En paralelo a esto se redactó el Plan Intermodal de Transportes para el área metropolitana de Zaragoza, que definió los futuros ejes de movilidad de la Ciudad.
Tras las elecciones de 2007, se adjudicó la redacción del proyecto constructivo de la línea Norte-Sur desde Parque Goya hasta Valdespartera a la UTE formada por las empresas Ayesa, Ingerop, y Sering. Este proyecto sirvió de base para seleccionar los socios para la Sociedad Mixta, liderada por el Ayuntamiento, encargada de la ejecución de las obras, compra de material móvil y explotación de la línea, resultando seleccionados la UTE formada por FFCC, Acciona, Caf, Ibercaja, Concenssia y Tuzsa.
En junio de 2009 se constituyó “Los Tranvías de Zaragoza“, que recupera el nombre de la época anterior, comenzándose las obras en agosto de ese mismo año y finalizando la primera fase tras dos años de trabajos. La construcción de la línea se ha proyectado en dos fases: Valdespartera- Gran vía y Gran Vía – Parque Goya, siendo esta segunda parte la que actualmente se encuentra en construcción, tras la inauguración del primer tramo, justo antes de las Elecciones Municipales y que actualmente está en explotación comercial con gran éxito.
Esta primera fase cuenta con 5,6 km en vía doble con posibilidad de circular independientemente por cada una de ellas, con 11 paradas y discurre por los principales bulevares y avenidas de la ciudad, Gran Vía, Fernando el Católico, Isabel la Católica, Vía Ibérica, ofreciendo una reordenación parcial del espacio público, adecuándolo a las necesidades actuales de una ciudad moderna, aumentando las zonas verdes, creando carriles bici, aumentando las aceras, en definitiva, redistribuyendo el espacio público de una manera más ecuánime entre los usuarios.
La obra del tranvía se ha utilizado como excusa para renovar completamente todos los servicios existentes bajo las calles por las que discurre, realizando una renovación integral de la urbanización de fachada a fachada. Un punto singular ha sido la renovación del cubrimiento del Rio Huerva, que cruza la ciudad soterrado y que se encontraba en muy mal estado por culpa de la aluminosis.
Se ha tenido especial cuidado en el diseño de las marquesinas de las paradas, presentando un aspecto diferente al de otras redes tranviarias españolas, caracterizándose principalmente por una capa de vegetación en el techo para absorber el calor durante el verano. Las paradas, de 68 metros de largo, permiten el estacionamiento de composiciones dobles de tranvías para cuando la demanda de la línea así lo requiera.
En contra de lo propuesto en el Anteproyecto, y debido a la decisión de comenzar la construcción de la línea por el sur, en el proyecto constructivo se han diseñado dos cocheras/taller para la línea, una situada al norte y otra al sur. La cochera de la primera fase se encuentra situada a la entrada del nuevo barrio de Valdespartera, consta de 5 vías cubiertas para mantenimiento general, un túnel de pintura, lavadero y 6 vías de estacionamiento al descubierto para los tranvías, con capacidad para 12 tranvías. Esta cochera se completará en una segunda fase con otra situada al norte de similares características.
La segunda parte de la línea, que actualmente se encuentra en obras, atravesará el centro de la ciudad por el Paseo Independencia, para tras cruzar el rio Ebro, llegar al barrio del Actur y dar servicio a las nuevas edificaciones del norte de la ciudad englobadas en el barrio de Parque Goya.
La construcción de esta nueva línea está plenamente justificada según el estudio de demanda, ya que une principales focos de desplazamientos en la ciudad, los dos campus de la Universidad de Zaragoza, varios centros comerciales, conecta y vertebra los nuevos barrios en el norte y sur de la ciudad muy alejados del centro, pasa por el Hospital Miguel Servet, el campo de futbol de la Romareda, además de atravesar el centro. Si a esto unimos la reordenación de la red de autobuses para que puedan servir de afluentes a la gran arteria de transporte público que constituye el tranvía, nos augura el éxito de esta nueva línea.
Primeros días de funcionamiento
A pesar de las campañas orquestadas contra el tranvía durante la fase de proyectos y obras, una vez puesto en servicio, los habitantes de Zaragoza han descubierto las maravillas de este medio de transporte, y los políticos han podido disfrutar a tiempo para elecciones de él, hecho que no habría sido posible si se hubiera construido un metro.
La afluencia durante los viajes en blanco, con el billete gratuito, fue masiva, confirmándose las buenas expectativas futuras que tiene la red de Zaragoza. Una vez comenzada la explotación comercial, y reorganizadas las líneas de autobuses, se están cumpliendo las previsiones de ocupación más altas, lo que confirma el éxito del sistema desde su primer día de funcionamiento.
Los comerciantes, que durante las obras protestaron por la pérdida de clientes, han visto como han recuperado la clientela anterior y la han aumentado por las personas que vienen a disfrutar de las calles renovadas.
El tranvía ha vuelto a Zaragoza para quedarse, como parte de un sistema de transporte completo que no tiene que desperdiciar ninguna de las opciones posibles, combinando autobuses, tranvía, cercanías, e incluso metro, si en un futuro la demanda lo justifica. Sólo cabe esperar que las próximas ampliaciones de la red y las nuevas unidades se hagan con el mismo objetivo que hace 125 años, mejorar el transporte urbano de Zaragoza.
Un año de servicio público
El 19 de abril de 2012 el tranvía cumplía un año dando servicio comercial a todos los zaragozanos.
Superados los pequeños problemas que durante la fase de pruebas dieron los tranvías, el servicio no se ha visto interrumpido en exceso, convirtiendose en un servicio de calidad del que los usuarios se sienten orgullosos, como así demuestran las más que positivas estadísticas de uso, pues la demanda es un 20% más elevada que la prevista para estas fechas. Teniendo en cuenta que sólo está funcionando la mitad de la línea la demanda aumentará fuertemente conforme se vaya abriendo el resto de la línea.
La compañía ha querido tener un detalle en el primer aniversario del tranvía y por ello ha editado una tarjeta simbolizando un billete especial del primer aniversario del tranvía emulando los antiguos billetes tranviarios de la ciudad.