El Ferrobús español deriva del Schienenbus alemán fabricado por Uerdingen, que era un vehículo diseñado después de la II Guerra Mundial para reponer el material móvil dañado durante la guerra en líneas locales con muy poco tráfico. Su diseño deriva de los autobuses, de los que heredaron su parte mecánica y su distribución interior, lo que facilitaba el mantenimiento y los hacía aptos para adaptarse a la demanda.
En RENFE, los ferrobuses fueron adquiridos dentro del Plan General de Reconstrucción del año 1960, destinándose a servicios muy parecidos a los que hacían en Alemania, sustituyendo a viejas locomotoras de vapor y vetustos coches de dos ejes. El modelo elegido fue el VT95, siendo fabricados en Alemania por la propia Uerdingen y en España bajo licencia, por diversos fabricantes: Material Móvil y Construcciones, CAF, Euskalduna, SECN, Macosa y Astilleros de Cádiz.
Los quince primeros de la serie estaban equipados con dos motores de 6 cilindros Büssing U10, con una potencia de 150cv a 1900 RPM. Por su relación potencia/peso eran los automotores con mejor aceleración del parque en aquella época. Los construidos en España llevaban un motor Pegaso 9040, posteriormente remotorizados con el 9034, transmisión mecánica con embrague y caja de cambios al eje más alejado del motor.
Los ferrobuses fueron destinados a cubrir los servicios regionales y secundarios en torno a grandes ciudades, incluyendo las cercanías de Valencia, Alicante y Murcia. En 1981 algunas unidades sufrieron una reforma y modernización de interiorismo, cambiando su decoración plata por el marrón y crema típico de la época. Los últimos supervivientes de esta mítica serie estuvieron en servicio hasta 1988, año en que fueron dados de baja y masivamente desguazados en Aranda de Duero, excepto los ferrobuses 591-528 y 591-557 que fueron preservados por la Fundación de Ferrocarriles Españoles, siendo el 591-557 cedido a la AZAFT, mientras que el otro permaneció en Madrid.
En 1990, tras dos años estacionado en la playa de vías de la estación de Zaragoza-Delicias, la AZAFT decide acometer la restauración y puesta a punto del 591-557. Para ello, el ferrobús es trasladado al Taller de Material Motor de Delicias, donde es completamente revisado y puesto a punto, sustituyendo parte de sus elementos deteriorados. Una vez terminado el trabajo de reparación mecánica se comenzó el trabajo de pintura, pero tuvo que ser interrumpido ya que la nueva presidenta de RENFE, Mercè Sala, dio orden de que volvieran al servicio activo para disponer de automotores de poca capacidad para líneas regionales de débil tráfico.
Para ello el 591-557, a pesar del dinero invertido por la AZAFT en su restauración, fue trasladado por sus propios medios a Madrid, donde junto con el 591-528 fue llevado a los talleres de Miró Reig en Alcoy, para su puesta a punto para realizar servicio comercial. En la citada puesta a punto entre otras modificaciones se sustituyeron las cajas de cambios de seis velocidades, por unas de autobús de cinco velocidades (lo que a la larga sería un completo fracaso), además de ser pintados con los característicos colores de Regionales con la franja naranja. Tras un intento de destinarlos a la línea de la Pobla de Segur recalaron en 1992 en Salamanca, donde tuvieron asignados los servicios entre la capital y Peñaranda, y entre la capital y Fuentes de Oñoro.
Un año escaso duraron en servicio los ferrobuses en Salamanca, dada su escasa fiabilidad y la falta de repuestos. En cuanto fueron apartados, la AZAFT reclamó al Museo del Ferrocarril su recuperación, siento en 1993 trasladados desde Salamanca a Zaragoza remolcados por una locomotora de la serie 333. Desde ese año hasta el comienzo de las obras de la Estación de Delicias de Zaragoza, ambos ferrobuses estuvieron estacionados en las naves de Paquete Expres a la espera de su restauración.
En el año 1999 se recibe la orden por parte de la Fundación de ceder el 591-557 a la Asociación Burgalesa de Amigos del Ferrocarril, que tenía la intención de restaurarlo y ponerlo en servicio en la línea clausurada de Barruelo, por lo que fue trasladado a los talleres de ARMF para su puesta a punto.
El FER-528 / FRC-512 fue trasladado al exterior de las naves de Material Remolcado de Delicias, para permitir la realización de las obras de la nueva estación. Sin embargo, no pudo ser resguardado de las inclemencias meteorológicas, ni de los vándalos, debido a que la nave provisional que construyó el GIF se hizo veinte metros más corta de lo previsto. Esto provocó que durante los ocho años que duraron las obras el ferrobús sufriera graves actos vandálicos.
En el año 2006 se trasladó junto con el resto de la colección a Casetas, donde se guardó en el interior de la nave a la espera de su restauración.