La suerte de tener un tren turístico con locomotora de vapor cerca de Zaragoza, es que no te da pereza visitarlo. Si además las buenas relaciones entre ARMF y AZAFT posibilitan encuentros como el que disfrutamos el 3 de mayo la cosa ya es inmejorable.
Gracias al mal servicio que por el momento tiene RENFE entre Zaragoza y Lérida, tuvo que ser un autobús el que nos acercase hasta allí. Tras atravesar la zona de obras de la estación de Lérida llegamos al anden donde nos esperaba la Garrafeta y los cincomiles para que pudiéramos disfrutar de un magnífico día de montaña y vapor.
Tras la gran reparación de caldera que ha sufrido este invierno, la Garrafeta y el «Tren Turístic» afrontan este nueva temporada en plenitud de condiciones. Daba gusto escuchar el marchar de la locomotora, que por la poca carga que transporta, casi ni se esfuerza para subir a Pobla de Segur.
Una reparadora comida y una buena siesta a la sombra de la locomotora nos preparó para el viaje de regreso. El vapor y la noche son una mezcla explosiva que hace que pierdas la noción del tiempo y te veas inmerso en uno de esos largos expresos que surcaban España hace unos cuantos años.
Gracias a ARMF por ofrecernos unas plazas gratis en uno de sus trenes y sobre todo a cada uno de sus componentes por el esfuerzo que hace en la conservación del patrimonio. No se nos puede olvidar nuestro «maqui» en el exilio Robles, que nos paseo durante toda la jornada.